La Historia de Freddy Mercury y Mary Austin: Amor y Amistad Más Allá de la Fama

La Historia de Freddy Mercury y Mary Austin: Amor y Amistad Más Allá de la Fama

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Freddy Mercury, uno de los artistas más emblemáticos y queridos de la historia de la música, es conocido mundialmente por su talento excepcional y su personalidad carismática. Sin embargo, más allá de la imagen de estrella de rock que construyó a lo largo de su carrera con Queen, había una persona que lo conoció en sus momentos más humildes y permaneció a su lado hasta el final de sus días: Mary Austin, la mujer que marcó su vida, tanto como su amiga más cercana como su gran amor.

La historia de Freddy Mercury y Mary Austin comenzó en Londres, en los años 70, cuando ambos eran jóvenes y relativamente desconocidos. Mary trabajaba en una tienda de ropa llamada Viva, mientras que Freddy vendía ropa vintage en el mercado de Kensington junto a su amigo Roger Taylor, el baterista de Queen. En ese entonces, Freddy aún no era el ícono global que llegaría a ser y su nombre no significaba nada para la mayoría de la gente.

Mary nació en una familia de personas sordomudas, lo que la llevó a aprender el lenguaje de señas para comunicarse con sus padres. A pesar de sus orígenes sencillos, su figura llamó la atención de Freddy, quien, con su estilo único y extravagante, solía destacarse entre la multitud. Mary recuerda cómo, en sus primeros encuentros, se sentía un tanto insegura ante el comportamiento y la forma de vestir de Freddy, pero esa conexión fue creciendo rápidamente.

Tras varios meses de relación, la pareja comenzó a vivir junta en un pequeño apartamento. A pesar de las dificultades económicas de la época, Freddy y Mary disfrutaban de una vida sencilla, escuchando música y dando largos paseos. La vida cambió para ellos cuando Queen lanzó su primer álbum en 1973, lo que marcó el inicio de su ascenso a la fama. En esos años, Freddy escribió “Love of My Life”, una canción que muchos creen que fue inspirada en Mary, y poco después le propuso matrimonio. La propuesta fue memorable, llena del sentido del humor característico de Freddy, quien le entregó un anillo en una serie de cajas, como parte de un juego que dejó a Mary sorprendida.

Aunque el compromiso duró tres años, la relación no perduró debido al creciente éxito de Queen y las complicaciones personales de Freddy. En ese momento, Freddy le confesó a Mary su orientación sexual, lo que llevó a la pareja a terminar su relación amorosa, aunque su amistad y cariño mutuo nunca desaparecieron. Tras la ruptura, Mary continuó cerca de Freddy, trabajando como su asistente personal y acompañándolo en sus giras. Freddy, a pesar de ser una estrella mundial, encontraba consuelo en la amistad incondicional de Mary, quien se convirtió en su mayor apoyo en los momentos difíciles.

La amistad entre ellos se consolidó aún más cuando Freddy fue diagnosticado con VIH en 1987. Mary y Jim Hutton, su último compañero sentimental, fueron las únicas personas que sabían de su enfermedad. En los años finales de su vida, Freddy se alejó de la mayoría de sus amigos y colegas, pero Mary estuvo a su lado durante todo el proceso, incluso cuando Freddy perdió la vista y se debilitó por completo debido a la enfermedad. Ella fue su apoyo emocional más importante hasta el final.

Después de su muerte, Freddy dejó la mayor parte de su fortuna a Mary, quien fue la encargada de cumplir con su último deseo: esparcir sus cenizas en un lugar secreto, tal como él lo pidió. La relación que compartieron fue más allá de un romance, convirtiéndose en una verdadera amistad platónica que perduró hasta el último suspiro de Freddy.

A pesar de la atención constante de los fans, Mary ha vivido en relativa privacidad. Ha mantenido su distancia de los medios y rechazó participar en la película Bohemian Rhapsody sobre la vida de Freddy. Sin embargo, en 2023, sorprendió al mundo al anunciar la subasta de algunos de los objetos más valiosos de Freddy, como disfraces, instrumentos y letras manuscritas. En una entrevista, Mary explicó que era hora de cerrar ese capítulo de su vida y permitir que el legado de Freddy continuara de una nueva manera.

La vida de Mary Austin sigue siendo una mezcla de recuerdos de un amor y una amistad inmortal con Freddy Mercury, el hombre que, a pesar de su fama, nunca dejó de necesitarla. La conexión que compartieron es un testamento de cómo, incluso en el mundo del espectáculo, las relaciones genuinas y duraderas pueden prevalecer por encima de la fama, el dinero y las dificultades personales.

Hoy, Mary sigue viviendo en la mansión que Freddy le dejó, en Garden Lodge, Londres. Aunque los fans de Queen continúan visitando su hogar, dejando flores y homenajes, Mary ha insistido en mantener su privacidad y proteger la memoria de Freddy, que, como ella, sigue vivo en los corazones de quienes lo admiraron y lo siguen recordando como el increíble ser humano que fue, más allá de la estrella de rock que brilló en los escenarios.

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