Irma Dorantes: La vida tranquila de la última esposa de Pedro Infante, alejada del cine y dedicada a su bienestar
Irma Dorantes, la última esposa de Pedro Infante, se ha alejado completamente de los reflectores, optando por una vida tranquila en Cuernavaca, lejos de los tumultos del cine y la televisión. A sus 87 años, la actriz y cantante disfruta de su retiro mientras mira atrás con una mezcla de nostalgia y gratitud por una carrera llena de momentos memorables en la Época de Oro del cine mexicano.
Un comienzo difícil en el mundo del espectáculo
La historia de Irma Dorantes en el cine mexicano comenzó cuando tenía tan solo cuatro años. Durante su infancia, participó en concursos de radio cantando canciones de Cri Cri, no por ambición artística, sino por necesidad económica. Aunque sus inicios fueron modestos, pronto demostró su talento y comenzó a hacer pequeños papeles en el cine. Fue en este ambiente donde conoció al Ídolo de Guamúchil, Pedro Infante, con quien se casó en 1953 cuando ella tenía 19 años.
Infante, quien en ese entonces era un gigante del cine y la música, le pidió que dejara su carrera artística para que pudiera ocuparse de ella y de la futura familia que ambos deseaban formar. En ese momento, Irma Dorantes decidió alejarse del cine para enfocarse en su vida familiar. La actriz aceptó el retiro temporal, pues confiaba en la estabilidad económica que su esposo le brindaba.
El regreso al cine tras la мυerte de Pedro Infante
El 15 de abril de 1957, Pedro Infante falleció trágicamente en un accidente aéreo, dejando a Irma Dorantes sin su principal apoyo económico. La actriz se vio obligada a regresar al cine y a la televisión para poder mantener a su hija, Irma Infante, a quien había tenido con Pedro. Durante los años siguientes, participó en numerosas películas, algunas de las cuales se convirtieron en clásicos del cine mexicano. Sin embargo, la fama de su esposo siempre estuvo presente en su vida, y por muchos años su carrera estuvo marcada por la sombra del legendario actor.
A pesar de su regreso a la pantalla grande, Irma no logró recuperar el mismo nivel de éxito que había tenido junto a Pedro Infante. Durante más de cuatro décadas, siguió trabajando en la industria, aunque con menos visibilidad. En el año 2000, la actriz decidió retirarse nuevamente de la vida pública, sin embargo, en 2010, regresó brevemente para participar en algunas producciones televisivas, como el melodrama “Cuando me enamoro” y las series “Cartas a Elena” y “La hija de Moctezuma” en 2014.
La vida tranquila de Irma Dorantes en la actualidad
Hoy en día, Irma Dorantes vive una vida tranquila, lejos de las cámaras y los escenarios. Reside en una hermosa casa en Cuernavaca, donde disfruta de su jardín y su tiempo libre. En una reciente entrevista con su hija, Eden Dorantes, la actriz confesó que su día a día está marcado por momentos de relajación. Ya no tiene el interés de volver a las pantallas, y expresó: “Creo que ya todo lo que tenía que hacer, ya lo hice, ya”, al referirse a su carrera en el cine.
Uno de sus nuevos hábitos es tomar un caballito de tequila todos los días a las 13:00 horas, hábito que le fue recomendado por alguien cercano y que ella cree que le ha hecho bien para su salud. Además, Irma disfruta de la compañía de sus amigas actrices y celebra con ellas los cumpleaños y otras festividades. También dedica tiempo a leer y disfrutar de la tranquilidad que le ofrece la vida, alejada del bullicio del espectáculo.
Salud y bienestar en su retiro
Aunque Irma se encuentra bien para su edad, no es ajena a los desafíos que trae el paso del tiempo. En 2012, fue diagnosticada con cáncer, una enfermedad que aún la preocupa y que, según sus palabras, podría reaparecer en cualquier momento. A pesar de este temor, la actriz continúa con sus chequeos médicos regulares para mantenerse al tanto de su salud y seguir disfrutando de su vida.
Irma Dorantes, con su estilo de vida relajado y alejado de la industria del entretenimiento, ha encontrado la paz que siempre buscó durante su juventud. Hoy, a sus 87 años, se dedica a lo que más le gusta: vivir en calma y rodeada de sus seres queridos, mientras reflexiona sobre una carrera que, aunque breve en comparación con otros artistas, dejó una huella imborrable en la historia del cine mexicano.
