En un intenso y esperado combate de boxeo, Canelo Álvarez demostró su habilidad y poder inigualables al obligar a Jaime Munguía a rendirse en el primer asalto. Se esperaba que el combate, celebrado ante un público entusiasta, fuera una pelea muy reñida entre dos talentosos boxeadores mexicanos.


Desde el inicio del combate, Álvarez tomó el control del encuentro, demostrando su precisión y su enfoque calculado. No perdió tiempo en lanzar una serie de ataques agresivos, apuntando a Munguía con poderosos golpes. Munguía intentó contraatacar, pero la técnica y velocidad superiores de Álvarez resultaron ser demasiado para él.


A medida que avanzaba el round, el ataque implacable de Álvarez se hacía cada vez más difícil de soportar para Munguía. Álvarez asestó una serie de golpes fuertes, lo que hizo que Munguía tuviera dificultades para defenderse de manera efectiva. El árbitro siguió de cerca la situación ya que la capacidad de Munguía para continuar estaba en duda.


Reconociendo el dominio de Álvarez y el peligro que corría, Munguía tomó la difícil decisión de rendirse, señalando el final del combate en el primer round. El árbitro confirmó la decisión de Munguía, declarando ganador a Álvarez por TKO (nocaut técnico).

La victoria de Álvarez fue recibida con ovaciones por parte de la multitud, lo que consolidó aún más su reputación como uno de los peleadores más hábiles y dominantes del deporte. El espíritu deportivo de Munguía y su respeto por su oponente fueron evidentes cuando aceptó el resultado con gracia.