En una decisión que ha provocado una gran controversia, la autora J. K. Rowling ha vuelto a expresar sus firmes opiniones sobre la inclusión de atletas transgénero en los deportes femeninos. Esta vez, ha apuntado a dos atletas de alto perfil, Imane Khelif y Valentina Petrillo, que piden que se implementen nuevas reglas en los próximos Juegos Olímpicos para garantizar la equidad para las mujeres cisgénero.

Rowling, conocida por sus opiniones francas sobre género y derechos de las mujeres, ha expresado su preocupación por la participación de atletas transgénero como Valentina Petrillo, una atleta paralímpica italiana, e Imane Khelif, una estrella emergente del boxeo.

Ambas atletas han estado en el centro de acalorados debates sobre la identidad de género en los deportes, y los críticos argumentan que su inclusión en categorías femeninas puede crear un campo de juego desigual.

En una entrevista reciente, Rowling afirmó: “Si esto continúa así, será injusto para las mujeres reales. La integridad de los deportes femeninos se está viendo comprometida y es hora de que organizaciones como los Juegos Olímpicos den un paso adelante y creen reglas que protejan la esencia de la competencia femenina”.

Las declaraciones de Rowling se producen en un momento en que el Comité Olímpico Internacional (COI) se prepara para los Juegos Olímpicos del año próximo, donde la inclusión de atletas transgénero sigue siendo un tema polémico.

El COI ha implementado pautas que permiten a las mujeres transgénero competir en categorías femeninas, siempre que cumplan con criterios específicos de niveles hormonales. Sin embargo, Rowling cree que estas reglas no son suficientes para garantizar la equidad.

“Los deportes femeninos se crearon para brindarles a las atletas femeninas la oportunidad de competir en igualdad de condiciones”, continuó Rowling.

“Cuando permitimos que individuos que han vivido la mayor parte de sus vidas como hombres compitan contra mujeres biológicas, socavamos todo por lo que las mujeres han luchado en el deporte”.

Instó al COI a considerar directrices más estrictas, como crear categorías separadas para atletas transgénero o restringir aún más los niveles hormonales para garantizar una competencia más equitativa.

Como era de esperar, los comentarios de Rowling han provocado una reacción negativa de los grupos de defensa de los derechos LGBTQ+, que sostienen que excluir o segregar a los atletas transgénero es discriminatorio y perjudicial.

Muchos de estos grupos llevan mucho tiempo haciendo campaña por la inclusión de las personas transgénero en todos los aspectos de la sociedad, incluidos los deportes, sin enfrentarse a un escrutinio o exclusión indebidos.

Por el contrario, Rowling también ha recibido el apoyo de personas y organizaciones que comparten su preocupación por las posibles ventajas que pueden tener las deportistas transgénero sobre sus homólogas cisgénero.

Los críticos sostienen que, si bien la inclusión es importante, las diferencias físicas entre las mujeres cisgénero y las transgénero (como la masa muscular y la densidad ósea) pueden crear un desequilibrio que perjudique a las deportistas femeninas.

Imane Khelif, boxeadora argelina, y Valentina Petrillo, velocista paralímpica con discapacidad visual, han sido puestas en el centro de atención en este debate en curso.

Khelif, que se identifica como no binaria, ha enfrentado críticas de quienes sienten que su participación en el boxeo femenino plantea preguntas sobre la equidad de género.

Petrillo, quien hizo la transición en 2019, ha sido una pionera para los atletas transgénero, pero su éxito ha sido recibido con admiración y escepticismo.

Ambas deportistas han defendido su derecho a competir, destacando la importancia de la inclusión en el deporte.

Petrillo ha afirmado que poder competir como ella misma es un derecho fundamental y que ha seguido todas las directrices marcadas por el COI y otros órganos rectores.

A medida que se intensifica el debate, queda claro que la cuestión de los atletas transgénero en los deportes femeninos está lejos de resolverse.

Es probable que el pedido de J. K. Rowling de que se modifiquen las reglas en los próximos Juegos Olímpicos avive aún más las llamas de una cuestión que ya genera divisiones.

A medida que más atletas y figuras públicas participan en la conversación, el futuro de los deportes femeninos puede depender de cómo los organismos rectores como el COI deciden abordar las crecientes preocupaciones sobre la equidad, la inclusión y las definiciones cambiantes de género en los deportes.

Por ahora, la voz de Rowling sigue siendo una de las más fuertes en este debate en curso, ya que sigue defendiendo lo que ella cree que es la protección de los deportes femeninos.

La cuestión de si se añadirán nuevas reglas aún está por verse, pero una cosa es segura: esta conversación está lejos de terminar.